domingo, 2 de marzo de 2014

Los niños ¿Nuestro propio reflejo?

Las llamadas redes sociales como el tuenti, facebook o twiter nos ofrece de manera sencilla y rápida dirigirnos a quienes queramos en ese momento, lanzando comentarios o simplemente frases cortas como es el caso de twiter haciendo público ese mensaje a puertas abiertas, todo aquel que lo quiera leer que le interese. Esto que acabo de explicar hoy en día no es nada nuevo pues la mayor parte de las personas utiliza más de una red social en sus vidas.
Personas que hacen de esto un uso personal, íntimo y otras un uso profesional.
Esta nueva entrada no se centra en las redes sociales como pensáis que puede estar dirigido, pero si está salpicada con este mundo de las nuevas tecnologías que nos invaden cada vez más llegando a absorbernos incluso el cerebro y sentido común. Sin ir más lejos, andando por la acera hay gente que sufren accidentes porque no se les olvidan que hay farolas y se chocan contra éstas por estar mirando hacia abajo y no hacia el frente, "tontamente chocados". ¡Tanto nos encandila este aparato que somos capaces de llevarlos con nosotros al baño, cerca de la cama, en la mesa mientras comemos! ¿Lo cuidamos, miramos y mimamos más que a nuestros propios hijos? Aunque parezca exagerado este aparato está provocando una dependencia de la que resulta difícil salir.

Nuestros hijos necesitan ser atendidos, una de sus necesidades es la de sentirse libres y una de las maneras de atender esta necesidad, es jugando. Con el juego libre son capaces de sentirse importantes, autónomos, protagonistas absolutos, se divierten, adquieren múltiples destrezas como por ejemplo, la resolución de problemas, comunicarse con los demás, la vivencia en un entorno diferente al habitual, el respeto, la cooperación o tolerancia. Este entorno que muchos niños no conocen o sí, pero no como rincón del juego me refiero a "la Calle".

No recuerdo infancia, sino hablo de la calle, y es que la calle ha sido el lugar de juegos para mis hermanos, primos y como no, para mi. Una calle solo para nosotros, para los vecinos, dónde no nos queríamos recoger cuando la llamada de nuestras madres nos lo recordaba, asomando la cabeza por la ventana más próxima a la calle. ¡Qué tiempos aquellos!, y que suerte tuve y han tenido las generaciones pasadas en las que no contaban con tanta masificación de coches en las calzadas y se podía echar horas y horas de juegos.


Pintura de Bartolomé Esteban Murillo, 

"Niños jugando a los dados", siglo XVII, grupos de niños que manifiestan su alegría en el juego o comiendo golosos, y que son capaces de sobrevivir con sus limitados recursos gracias a la vitalidad que les otorga su propia juventud.




Esta fotografía refleja, niños jugando a ser milicianos, en medio de la calle, años de la guerra civil española, con total autonomía.

Cualquier momento era bueno para salir a jugar en la calle, llamar a los amigos de la placita, quedar con los amigos de la calle de al lado y pensar algún juego para entretenerse toda la tarde.


Los padres enviaban a por algún recado a sus hijos, "Antoñito ve a la tienda de María y compra.. o Pepe ve a casa de la vecina a ver si tiene.. Pienso que en esos años los padres hacían que sus hijos fueran más autónomos, solamente con éstos mandados hace que su hijo sea autónomo y resuelva problemas a la hora del cambio al pagar en la tienda o saber como debe dirigirse hacia la vecina. Hoy en día los padres van a hacer la compra del mes a un supermercado y dándole gracias porque han tenido tiempo para hacerlo. Los niños van acompañados la mayoría de las veces por sus padres a todos lados, tienen miedo de que pueda pasarles algo. Los padres apuntan a sus hijos a actividades extraescolares durante toda la semana para tener al niño recogido para su tranquilidad. Soy de las que pienso que éstas actividades también hacen, forman al niño, pero no dejan de ser actividades programadas, dirigidas, donde el niño no es el protagonista absoluto del juego. Por eso debe complementarse con los juegos de calle, los de toda la vida, juegos populares que vamos heredando de los mayores y que son universales con lo único que cambia son los nombres, por ejemplo; 



"El teje", es un juego para niños y niñas, se necesita una tiza para dibujarlo en una acera o calle y un objeto, mis amigos y yo, buscábamos para lanzar al teje, piedras, mármoles, este último se desplazaba con rapidez sobre la casilla siendo el preferido. Se empleaba el turno de jugada, se elegía al primero en empezar con el juego de "Piedra, papel y tijera", la autonomía en dirigir tu propia jugada, la psicomotricidad gruesa y fina, las relaciones entre los amigos. Surgían problemas y había que resolverlos por si solos. 


Animo para que estos juegos tan sencillos pero tan ricos a su vez sigan realizándose, que no queden en el recuerdo de pasadas generaciones. Esto se transmite de padre a hijo como los antiguos oficios.
Por eso he titulado esta entrada como: Los niños ¿Nuestro propio reflejo? Se dice que son como esponjas que todo lo que observan lo imitan, si el padre está continuamente con el móvil ellos querrán tener un móvil, así con todo, si los niños no ven a otros niños jugar, nunca se le pasará por la cabeza de salir a jugar.






















 

lunes, 23 de diciembre de 2013

"Sencillamente Niños"

Hacía ya bastantes días que no escribía nada por aquí. Pasado el día de la Inmaculada vuelvo de nuevo con pilas recargadas y retomar la escritura contando mi propia opinión sobre el artículo "Alma salvaje" por José Luis González Varela.

Precisamente estos días los he pasado en familia, con mi abuelo de ochenta y cuatro años que prefirió venirse conmigo en el coche dos días más tarde que ir con alguno de sus hijos a pasar el puente completo y todo esto porque él es una persona que siempre le ha gustado estar rodeado de campo, animales. Todas las   mañanas pasa un rato envuelto de lo que más le gusta, de la Naturaleza. 
Por el camino me decía los pocos campos que van quedando, la sequedad de las tierras porque apenas ha llovido este otoño, las que se ven claramente que están trabajadas por la mano del hombre y las que las máquinas lo hacen todo. Antes me decía que se ayudaba de los bueyes, mulas y borricos para trabajar el campo. Aunque no se vivía tan cómodamente como ahora y no había tantos progresos, me cuenta que la calidad de los alimentos era mejor,  "El tomate sabía a tomate de verdad", "Los huevos de gallina de corral, de la yema colorá".
Pues bien, eso de venirse dos días más tarde conmigo, es por la sencilla razón de que no puede dejar tanto tiempo sin ir a su campo, a echar de comer a sus gallinas, de ver a los pavos reales que adornan con sus bellas colas azul pavo la tierra, la recogida de los huevos, que tanto gustan su sabor por su llama naranja intensa y que salen tortillas bien hermosas.
Prefiere la luz de su hogar, el cielo, el color de sus raíces, la tierra, el sonido del amanecer, el "Ki, kiriqui". 

Tippi es la protagonista de este post, una niña que nació en Namibia y pasó su infancia allí concretamente nueve años. Los padres se separan y la llevan a vivir a París. Empieza a ir a la escuela y siente que ha dejado de ser libre, añora su tierra, el cielo, hablar con los animales. Arrebatar algo muy querido siempre es doloroso y Tippi era un pájaro en libertad que le cortaron las alas.
Esta historia la comparo con mi abuelo porque pienso que ambos comparten la Naturaleza y la trasladan a sus vidas como mayor fuente de riqueza que puedan tener. 
Esta niña cuenta José Luis que de mayor volvería a su tierra africana, a sus raíces. Pienso que esos nueves años ha sido parte de su vida y que siempre puede reemprender a esa vida que le arrebataron.



Reprimimos el salvaje que está dentro de cada niño, y esto crea una profunda neurosis que se puede percibir en la adolescencia donde seguimos encerrándolos en centros con verjas y siete llaves. Falta esa mágica relación con la naturaleza y el sentimiento de libertad que debería haberse experimentado en algún momento. JLGV.

Creamos seres programados, que terminan consumiendo grandes dosis de antidepresivos o alcohol para soportar el encerramiento y la claustrofobia de vivir en el seno de la sociedad occidental que cuida el bienestar material pero descuida el alma de las cosas y las personas.



Imagino que nadie es totalmente libre en la civilización, este tema de libertad es bastante difícil de desarrollar. Es verdad que en las ciudades, pueblos, estamos más atados a todas las leyes que nos imponen, para tener bienestar, tienes que tener dinero, y así formar una familia, comprar alimentos, medicamentos, escuela, coche...Y todo esto es posible si tienes trabajo y poder pagar todo lo que nos obligan.

¿Si viviéramos en la selva y no en la ciudad, qué cambiaría? Pienso que no cambiaría nada, el hombre lleva dentro de sí mismo la avaricia y poco a poco iría talando árboles y destruyendo la Naturaleza hasta convertirla en lo que es ahora mismo nuestra sociedad, una cárcel.

Quizás si naciéramos en la selva como Tippi, si seríamos libre, porque estaríamos arraigados a esa tierra, a todo lo que nos rodea, a la manera de vivir.

La sociedad nos invita a que seamos seres programados, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos así un día y otro, eso, los niños lo ven en sus padres y ellos actuarán de igual forma.

El otro día sin ir más lejos, trabajamos en el Mercado Medieval y Navideño con talleres de manualidades para los niños y niñas y observé como un padre le decía a su hija, "Date prisa en colorear eso que es Viernes, estoy muy cansado de trabajar y hoy no me he sentado en ningún momento" Mi respuesta fue directa: ¿También estás programando a tu hijo un tiempo para colorear? Siendo actividades gratuitas y libres.

Otra madre indicándole a su hija como debía de colorear la mandala, y se veía claramente como la niña quería imponer sus propios colores.


Para terminar y no alargar más este post, no ahogar la creatividad del niño, vamos a dejar que por sí solo descubra sus inquietudes y actúen tal y como son, sencillamente niños. 







viernes, 8 de noviembre de 2013

Derechos vulnerados


Todos los niños y las niñas deben ser tratados por igual. Todos los niños y las niñas tienen el mismo derecho a recibir educación, salud, asistencia médica, cuidados familiares. Sin distinción de ninguna naturaleza, es decir, sin discriminación basada en su condición social, raza, sexo, origen nacional o étnico, posición económica, impedimentos físicos, o cualquier otra condición del propio niño, de sus padres o representantes legales.


El primer párrafo habla de los derechos del niño y niña, ¡Es perfecto verdad! pero por desgracia y es triste, son muchos los casos donde esto no ocurre.
En esta nueva entrada contaré uno de esos casos en que la vulnerabilidad del niño está a flor de piel.
Empezaré por el significado de la palabra vulnerable, es aquella persona que es débil que puede ser dañado o afectado fácilmente porque no sabe o no puede defenderse y  los niños son muy vulnerables. Puede recibir lesión, física o moralmente.
Por suerte puedo decir que nací en el seno de una familia buena, donde recibí muchos valores a destacar como: el cariño, afecto, alegría, generosidad, respeto, responsabilidad, lealtad, autoestima, libertad. La medida de estos valores no tiene el mismo grado, es decir, sé por propia experiencia que valor tengo más desarrollado que otros y eso se sabe conforme vas creciendo y vas viendo tus debilidades, carencias y posibilidades frente la vida. Por lo tanto ese aprendizaje cuando ya eres adulto debes de ir mejorándolo y creándolo tu mismo, haciendo ver, que te falta o que te sobra y que otros valores te quedan por descubrir en la vida para en un futuro enseñarles a tus hijos.
Así pues, en un hogar hay que sembrar valores como el amor y la unión familiar para prevenir la vulneración del niño y adolescente.
La Directora del Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del Municipio Libertador, Shirley González, manifestó lo siguiente "todo niño o adolescente tiene derecho a pertenecer a una familia, a ser criado con amor".


El derecho a una educación y atención especial para los niños física o mentalmente disminuidos es un derecho que no se cumple y el caso que planteo define la vulneración de los derechos humanos de una niña gallega de catorce años con diversidad funcional intelectual y Educación la envía a un centro especial pese a la voluntad familiar de que no sea excluida. Tuvo que esperar cinco meses para que un juez ordenase su escolarización inmediata en su colegio de toda la vida, el CEIP Progreso de Catoira, donde cursa segundo de la ESO.


El abuelo de la niña llamada Alejandra cree que es el momento de "luchar hasta el final" para evitar que personas como su nieta resulten marginadas por la propia Administración. Señala que los casos únicos, individuales, singulares deben tener la misma consideración que todos los demás. "Estamos hablando de derechos humanos, de las convenciones de Naciones Unidas. Son personas y como tales tienen los mismos derechos que los demás". También señala que "todos podemos sufrir una situación similar". "Hoy estamos bien y mañana, por un accidente de tráfico, por una enfermedad, nos encontramos con una discapacidad. Por ello no dejamos de ser personas, seres humanos con los mismos derechos que todos los demás".


http://diversidadfuncional.blogspot.com.es/2008/08/alejandra-una-nia-gallega-discriminada.html







lunes, 28 de octubre de 2013

¡Proyecto Glog!

Proyecto Glogster una forma de realizar posters de forma digital. 
De pequeños siempre hemos realizado los trabajos de clases en murales con muchos dibujos llenos de color y aún se sigue haciendo, donde se desarrolla la creatividad, el espacio, el orden... Ésta es una forma de trabajar lo mismo, pero digitalmente, te permite trabajar cualquier tema, adornándolo a tu gusto y sin ocupar sitio alguno, pero si prefieres ponerlo en la pared u otro sitio te da la opción de imprimir, de manera que puedes ponerlo donde más guste. ¡Prueba http://www.glogster.com te gustará ;)!  








miércoles, 23 de octubre de 2013

Una historia..

El día 16 de Septiembre empezamos con el taller creativo de escritura, hoy ha concluido este taller y todos hemos coincidido en que se nos ha hecho cortísimo, que nos hemos quedado con ganas de más, se lo hemos dejado caer al profe y yo creo que lo hemos convencido y se alargará este precioso taller del que todos estamos muy satisfechos de los trabajos realizados.
En esta nueva entrada quiero escribir una historia..que salió en uno de los ejercicios de escritura y esto fue lo que salió:

Era una tarde de invierno como otra cualquiera, las calles estaban mojadas porque dos horas antes había caído un gran aguacero. Se respiraba a limpio, a "tierra mojá".
Y como siempre, como cada tarde, había una lucecita encendida en el piso de color verde agua, era un 4º, la última planta. A través de la ventana con visillo estampado "vitage" se podía divisar por su transparencia la silueta de una muchachita, alta y delgada, ahí estaba ella, en su habitación para sentarse en su cama y despojarse de sus botas de agua sin trabajo alguno, ya que sus piernas flacas se resbalaban con naturalidad. En un mueble color púrpura con puerta de cristal guardaba su ser más preciado, "como oro en paño", las zapatillas de estar por casa. Escuchó un ruido y se levantó sobresaltada, y es que había puesto agua a hervir para tomarse un café pero se había consumido, diciendo: ¡Vaya tela, qué fastidio! Abrió la puerta de la nevera y cogió un poco de zumo helado de fresa  y como todas las tazas las tenía sucias, alcanzó de la estantería una copa de champán que reservaba para las ocasiones más especiales, llenándola a ras. Para picar, volcó en un cuenco aceitunas negras llevándoselas a la boca de forma descarada.
El reloj marcaba las ocho de la tarde, tenía mucho tiempo hasta la hora de dormir, así que se dirigió con la copa en la mano a su coqueto y acogedor salón para poner música, todo iba como la seda o eso mismo pensaba ella: ¡Una tarde como otra cualquiera!


Mientras escuchaba música relajadamente se acordó de que en su mesita de noche guardaba una cajetilla de cigarrillos, cogió uno y lo encendió. Desde la ventana podía observar la plaza, estaba mojada y empezaba a caer los primeros copos del invierno, creando una gran alfombra blanca. Ella suspiró diciendo en voz alta e inmersa en una nube de humo: ¡Hoy no vendrá, hace mucho frío! Pero cuando desapareció la nube que le hacía toser, se fijó que estaba sentado en el mismo banco de siempre, vestía una rebeca que parecía ser muy suave y calentita de color azul, una gorrilla gris algo pelusona de esas que te hacen cosquillas en la nariz o te hacen estornudar y unos pantalones de pana gruesa burdeos. Siento a veces su mirada, su presencia y el corazón me arde enérgicamente, ¡Cuánto daría por invitarle a subir, a sentir sus manos y acurrucarnos mutuamente sintiendo el calor de nuestros cuerpos! ¿Pero cómo hago para llamar su atención? ¡Estamos tan lejos uno del otro! Sin darse cuenta el vaho que arrojaba empañó los cristales y ella hizo uso de su puño para limpiarlos y visualizar mejor, con la sorpresa que ya no estaba sentado en el banco. Ella volvió al salón y justamente al lado de la puerta de entrada tenía una estantería de color cobre, muy antigua, herencia de su abuela, repleta de libros de todos los colores. Se quedó un rato pensativa mirando todos sus libros y notó, como temblaba la puerta de cristal. Esto ocurría con asiduidad con todo lo que estuviera cerca de la puerta. Ella sentía algo especial cada vez que pasaba eso, un escalofrío le recorría todo su cuerpo. Esa tarde que para ella iba a ser como otra tarde cualquiera, dio un giro a toda su vida. No le dio tiempo sentarse en su sillón color mostaza cuando escuchó unos golpes muy tímidamente en la puerta. ¿Quién podría ser a esta hora? Ella abrió y vio en el suelo muchas pelusitas de color gris que le hacían estornudar sin parar y un hilo enganchado en el pomo de color azul, fue siguiéndolo hasta chocar pecho contra pecho con él.


















miércoles, 16 de octubre de 2013

El niño está hecho de cien. Loris Malaguzzi

Elegí al azar de un total de diez corrientes pedagógicas en Educación Infantil teniendo la gran suerte de que me tocara la Escuela de Reggio Emilia, con un profesional pedagógico, periodista, e impulsor del teatro y vida cultural de la ciudad de Reggio Emilia (ciudad en el norte de Italia) Loris Malaguzzi (1924-1994). 


Quizás ya habéis leído o escuchado algo de esta corriente pedagógica y yo aquí en esta nueva entrada no voy a poner datos que no encontréis buscándolos en internet, pero si podéis encontrar mi punto de vista, frases interesantes o estas palabras de Loris Malaguzzi sobre los cien lenguajes del niño: 



El niño tiene
cien lenguas
cien manos
cien pensamientos
cien maneras de pensar
de jugar y de hablar

cien, siempre cien
maneras de escuchar
de sorprenderse, de amar
cien alegrías
para cantar y entender
cien mundos
que descubrir
cien mundos
que inventar
cien mundos
que soñar.
El niño tiene
cien lenguas
(y además cien, cien, y cien)
pero se le roban noventa y nueve.
La escuela y la cultura
le separan la cabeza del cuerpo.
Le hablan:
de pensar sin manos
de actuar sin cabeza
de escuchar y no hablar
de entender sin alegria
de amar y sorprenderse
sólo en Pascua y en Navidad.
Le hablan:
de descubrir el mundo que ya existe
y de cien
le roban noventa y nueve.
Le dicen
que el juego y el trabajo,
la realidad y la fantasía,
la ciencia y la imaginación,
el cielo y la tierra,
la razón y el sueño,
son cosas
que no van juntas.
Le dicen en suma
que el cien no existe.
Y el niño dice:
En cambio el cien existe.

Loris Malaguzzi


L. Malaguzzi hace "una escuela amable", activa, inventiva, habitable, documentada y comunicable; un lugar de investigación, aprendizaje, cognición y reflexión, en el que se encuentran bien los niños, los maestros y las familias. 


El niño es el protagonista, él construye su realidad y conocimiento, relacionándose con los iguales y con los adultos, y lo hace de forma libre y creativa.

Por parte del maestro/a el enfoque de Reggio Emilia es una "pedagogía de la escucha" en lugar de una pedagogía del decir.

Las cosas de los niños y para los niños se aprenden solo de los niños.

Mañana me toca exponer esta corriente que tantos educadores deberían de tener en cuenta en sus clases. Arriba uno de los dibujos que he realizado para la exposición, representa una pizarra enorme y cuatro niños, cada uno de una manera diferente, libres, Haciendo y Creando y por su puesto Felices. Punto importante y tan olvidado, la felicidad. Si no eres feliz en la infancia, ¿Lo serás en la vida adulta? Malaguzzi le da importancia a su infancia, a la casa donde se crió, un lugar importante de formación, en la conciencia de felicidad, de lo permitido y lo prohibido. 
Y, qué verdad es, que lo que se aprende de pequeño es lo que se hace de mayor, por ejemplo si en casa a la hora del almuerzo es por costumbre comer todos juntos, de mayor te gustaría que fuera así, crear un hogar con un ambiente familiar donde todos aprendemos de todos, la mamá aprende de su hijo y viceversa o este de su hermano pequeño y este de un adulto, etc. 
Pues Malaguzzi decía que: Las cosas de los niños y para los niños se aprenden solo de los niños y Malaguzzi enviaba a los maestros/as a las escuelas para que aprendieran de los alumnos, observándolos.
Pero parece que a los adultos les encanta ser ellos el centro de atención, algo egocéntricos "desde mi punto de vista" y en vez de escuchar, no paramos de hablar bla bla bla...Deja que el niño/a hable y no le digas que calle.
Esta entrada no tiene fin si no le pongo el fin, así que mañana será un gran día de grandes corrientes pedagógicas y aún así las olvidamos y las borramos de la historia pero para todos mis compis, para el profe y para mi, las reviviremos sintiéndonos orgullosos de ello.  

  


martes, 1 de octubre de 2013

"El viaje del emperador"

1 Pingüino, dos Pingüinos, 3 Pingüinos..pues sí, de pingüinos va esta nueva entrada. Y es que ésta mañana hemos visto un documental titulado "El viaje del emperador"

Es curiosa la vida de estos animales, no tenía ni idea de que los pingüinos se sacrificaran tanto por mantener vivos a sus crias. Quizás si te pones a pensar fríamente en su forma de vida, pasan inviernos muy duros y aunque ellos están preparados para esas bajas temperaturas no siempre lo pasan agradablemente.

He anotado frases que me han parecido bastantes bonitas de este documental, como por ejemplo: "Y finalmente llega la señal, se levantan y echan a andar". Esto es solo el principio de una aventura donde tendrán que superar los obstáculos que se les presenten. "Bailemos juntos durante el largo invierno". "Llega el invierno, una nueva vida en nuestro vientre". Aunque parezca una "wasa" estas frases las dicen los pingüinos, exacto, viendo este documental me he dado cuenta que son parecidos a nosotros, en cuanto a organización, a protección con sus hijos, con los instintos, de este último carecemos, aunque yo creo seriamente en los míos, "jeje". También expresan sentimientos de pérdida, de rabia, complicidad, valentía, miedo y alegría aparecen en estos pingüinos.


"El duro invierno llega, ellos siguen protegiendo el huevo", " Son como malabaristas con el huevo bajo las patas".
La complicidad entre la mamá pingüino y el papá pingüino me pareció fascinante, la compenetración de ambos era perfecta, se entendían sin dialogar, eso que a nosotros nos cuesta tanto a veces, hablamos y hablamos y no llegamos a entendernos por mucho que alcemos la voz. En cambio estos pingüinos amigos del frío se entienden con la mirada, algún gesto con movimiento, caricias o el olfato, ¡Pero si es imposible, a mi me parecen todos iguales!, como los chaquets de bodas, eso que visten toditos iguales repeinados con gomina!. 
Pues maravillosamente reconocen a distancia a su pareja y me refiero a cuando la mamá se queda junto a las otras mamás, "con una temperatura de congelador", a esperar a que lleguen los papás pingüinos que han ido a buscar comida para coger fuerzas y cuidar después de los hijos, éstos reconocen a sus parejas, igual las mamás también marcharán para acumular comida y alimentar después a su bebé y que reconocen perfectamente a su vuelta, al papá y a su hijo.



Me ha parecido interesante esta historia "helada". El conocer la familia Pingüinos ha sido entrañable y cálida a la vez, pero quizás al final, me he quedado con un ligero sabor amargo en la boca. Y no porque el final del documental haya sido triste, sino porque la mamá y el papá se separan al llegar el verano para buscar nuevas aventuras y el bebé pingüino ya crecidito lo dejan libre con sus amigos bebés para practicar todo lo aprendido de los papás.
Algo triste me parece a mí, pero desde luego es la naturaleza de los pingüinos, es algo natural y eso no se puede cambiar. Ellos se sienten felices con su manera de vida. En cambio los seres humanos si pueden cambiar y condicionar sus sentimientos a lo largo de la vida. 
No educar a los hijos por igual y hacer diferencias, es algo que a la larga puede ocasionar problemas, por ejemplo que realicen las tareas del hogar las niñas y los niños no, aún hay familias que piensan así. A la hora de independizarte tu pareja y tú podeis compartir éstas tareas y tú vida será más fácil, y no dejar esas cosas ¡Para uno solo! al igual que cuando se tiene un hijo, la dedicación debe ser cosa de dos, y ¡Estos pingüinos saben hacerlo perfecto :)!

¡Os recomiendo este vídeo tan especial sobre los pingüinos, no tiene desperdicio alguno!