Una nueva entrada para reflexionar sobre el liderazgo infantil.
Voy a imaginar que termino este curso de Auxiliar en educación Infantil y el Técnico Superior del mismo y plantearme de aquí a diez o veinte años un objetivo concreto: "Ponerme al frente de una clase de niños y niñas" Digamos que eso significa ser la "líder" de la clase. ¿Y qué es un líder y cómo debe actuar en este caso? Pues teniendo la capacidad para influir en otras personas con el fin de alcanzar la meta deseada y estar dotado de varias habilidades como, la importancia de la genética, la primera infancia, la educación, los fracasos, las experiencias y formación objetiva.
Pues bien dicen que la experiencia en el trabajo con niños pequeños es una de las claves, aquí me veo identificada pues desde hace nueve años trabajo de voluntaria en unas colonias de verano con niños y niñas con edades de ocho hasta doce años. Y mirándolo bien pronto haré diez años y me doy cuenta que aunque no era mi profesión, ha sido una vocación que siempre he guardado dentro de mi y la realizaba cada año infiltrándome dosis pequeñas de risas, creatividad, valores como el compañerismo, la amistad..de estos pequeños genios de la vida.
El manejo de niños en una clase puede ser un gran desafío, debo ganarme su respeto y tengo la responsabilidad de ofrecer a los niños un ambiente seguro y divertido donde se puedan expresar ellos mismos de forma creativa. Un líder en educación infantil debe de ser paciente, divertido, creativo, entusiasta y ante todo amar la profesión.
Pienso que cada uno de nosotros tenemos algo especial y que necesitamos desarrollar, ésto muchas veces es posible o se lleva a cabo gracias al educador que tenemos al lado, sencillamente ha dejado que el niño o niña desarrolle sus cualidades libremente y no le ha impuesto o limitado la creatividad.
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